Por V.
Será porque no hay tanto en qué pensar, ni ya que hacer ó la simple oscuridad que cae y que enceguece la razón y nos cobija con el secreto, está comprobado que las personas aprovechan la noche para desear, para decidir, para contemplar posibilidades y "consultar con la almohada". Pero traman con la mente cansada, ligada al ajetreo del día y entonces será el afán ó la brisa noctámbula que provocan las ideas del color de la noche.
Yo no sé. Pero los ruidos en la noche, la frialdad del atracador, del asesino, la bruma sobre la celda, la pasión, el sueño, la imaginación, la calma repentina y la pesadez que no cesa, todo se entremezcla. Surten por doquier siluetas que empujan un viento extraño que al parecer ha conspirado a razón de causar miedo, terror diría.
Me decían que es más oscuro antes del amanecer, cuántas veces me quedé despierto para comprobarlo, ví en el cielo la oportunidad para estar de repente líbido frente a la inmensidad del horizonte, frente a unos ojos cerrados, y frente a la calma en el respirar de mi amada deseando que si algún momento fuese el final fuese ese.