Por V.
Toda religión implica sacrificio. Un mandamiento, un precio, una venia, un prójimo, un pecado, un perdón, una comunión, un paraíso. Máximo un bien común ó individual. A veces por mirar tanto al cielo olvidamos lo que está sobre el piso. A veces por pasar repitiendo oraciones nos olvidamos de leer. A veces por hacer tanto el bien no somos buenos. Y es que está bien que exista una hermandad, un culto, una adherencia común, pero de seguir en la misma prédica también provocamos que la historia se repita. Una religión que necesita, que depende, que se soporta en vicios colectivos no debería ser religión. Si se adora por encima "de" entonces la preferencia se inclina y desafía a otros.
La existencia de un "yo" superior implica que el ego está identificándose y está permitiendo se realice la voluntad "divina" a cualquier costo. Por eso en la mayoría de religiones la primera condición es ser racional, tanto para entender la existencia de un ser superior lejano de nuestros cinco sentidos, como para resignarse a que la vida está regida por designios divinos.
Sócrates designo como una religión "ser tú mismo" aunque no mencionó a un ser superior.