Por: Yania Salazar
Equis (X) es un chico de diecisiete años que siente curiosidad por su cuerpo, hay sensaciones que no puede describir y emociones que no puede explicar, su cuerpo ha comenzado a cambiar también sus prioridades, le gusta cierto tipo de música, vestir más elegante y se obsesiona con usar la colonia y afeitarse, abusa del gel para el cabello y le inquieta el qué piensan de él. Aunque con sus amigos habla abiertamente de temas tabú, es en la televisión y las revistas donde descubre y colma sus dudas respecto a la sexualidad, sus padres devotos de los principios religiosos a su manera le dan pautas para que aborde ese aspecto de su vida, pero a la par le surgen nuevas dudas.
Yé (Y) es una chica de dieciséis años que tuvo su primera menstruación y se siente asustada por los cambios físicos que según sus compañeras de colegio se suceden luego. La catédra de Educación Sexual del Colegio trata en teoría lo que quizá en práctica sea distinto, así que lo mejor es abordar los temas relevantes: la anticoncepción. Pero decididamente los cambios surgen y la prioridad ahora es aprender a bailar, vestir a la moda, y generar respeto, el maquillaje forma parte de su vida. Su familia le incita a tener cuidado en la calle, a escoger sus amistades y a realizar alianzas con sus amigas para cuidarse mutúamente.
A los dos personajes que describo aquí decirles que la vida consiste en mucho más que el aspecto sexual, que hay mucho tiempo para que piensen y resuelvan sus dudas, quizá solo cuando estén listos encuentren lo que necesiten y lo disfruten, el anticiparse a los hechos a veces no es tan bueno. Antes de tomar cualquier decisión consideren su estabilidad física y emocional, no esperen a que pase para sentir culpa ó arrepentirse. Protéjan no solo su cuerpo sino su integridad emocional para que no carguen con sentimientos adversos. Hablen, leán, forménse criterios y maduren conceptos que aplaquen sus más bajas pasiones y actuén con la lógica de quien se hace responsable de sus actos.