La tradición, la jovial excusa de sometimiento para algunas, y la idea que a nadie le conviene que salgas adelante sino a ti misma que debes emprender una carrera profesional, que debes aprender a manejar la situación a pensar y a actuar. Es ilógico seguir con la rutina de siempre, y si a la mujer por tener la responsabilidad de tener los hijos también se le somete y se le abandona es necesario que también se le posibilite sacar adelante a sus hijos conjuntamente con sus propósitos. Y es determinante la influencia del medio social ya se están mirando los cambios: el hombre esta aprendiendo a cocinar y a tender la cama y a hacer el mercado y se ocupa más del hogar. En contra de todo eso opera la funesta tradición de que la mujer esta para servir al hombre y que labores como el lavado, planchado y organización de la ropa son exclusiva responsabilidad de la mujer, y digo que es difícil tal situación porque siendo que la distribución en las labores domésticas ocupa tiempo la mujer no tiene espacio para dedicarse a la educación de sus hijos, y la expresión de esa preocupación solo le deja intentar protegerlos y posibilitarles lo que ellos quieran y no lo más conveniente.