En la naturaleza la vida se abre camino, las especies están predispuestas hacia la reproducción, en fin los estudios más inmediatos le han otorgado facultades a las feromonas secreciones que de alguna manera activan centros sensores y conducen al acto mismo de procreación. Pero allí no para todo, los Científicos han vuelto su mirada en la aplicación práctica de estos estudios en el género humano. Los resultados sorprenden al punto de causar enamoramientos involuntarios. Las pruebas a nivel de comportamiento en ambos sexos llevan a la conclusión que muchas de las personas atienden a una forma geométrica facial y corporal; es decir una mujer de unos veinticuatro años valora la foto de un chico por el contorno de sus ojos, por su nariz y ante todo por la forma de su mentón, pero le agrega esquemas de tolerancia sobre la forma de sus hombros, muslos y baja espalda, todo cambia en cuanto la chica y el chico se conocen físicamente, hay en la chica una desilución que puede complementar con el descubrimiento de otras virtudes. La sorpresa estriba en la exploración con los sentidos: no todo entre por los ojos, las feromonas pueden interactuar vía olfativa ó gustativa, pero se está explorando la posibilidad de impulsos sonoros esto por cuanto la música al parecer guarda una estrecha relación en la determinación de los gustos de una persona. ¿Y todo esto para qué? díra usted; en primera instancia para solucionar la carencia afectiva y sorprendase con esta afirmación: para sustituir el sentimiento de amor ó en su caso sostenerlo. Llegará el día en que el eco artificial de una voz, el olor ó el sabor de alguien nos parezca atractivo y para entonces todo lo demás caéra en un segundo plano, estamos atrapados.