En el ámbito del amor la pasión ocupa amplia relevancia, se diría es el motor que mueve a decir y hacer y aunque no se crea son muchas las consultas que se comprueban respecto a que la relación ha perdido la pasión. Con afirmaciones como qué antes él ó ella era de esta manera y hoy ya no es; existe una especie de desilusión, pero la sorpresa versa en el sentido de que por lo general las mujeres pretendemos m-u-c-h-o, y es la hora en que en medio de la terapia de pareja escuchamos términos como: "Yo no sé lo que le pasa" ó "es que él era muy diferente" ó "él ha cambiado pero a mi no me gusta ese cambio" Por su parte los hombres más directos y erráticos demandan de su pareja la "comprensión". Lo primero que se debe saber es que la pasión sobrepasa la intimidad, esto es no se da o entrega en una cama, la pasión va dosificada, puede lograrse a través de un beso, en una caricia, inclusive en una mirada, otra de las pautas es que la pasión escapa de lo material, yo no puede transferir en dinero la pasión por alguien; pero sí el lector puede detectar mi pasión por escribir por ejemplo al caracterizar esta publicación como de alto contenido. La pasión tiene que ver con el grado de interés que ponemos a algo y no tiene que ver con la inversión de tiempo y espacio. No controvierto a nadie cuando digo que la pasión es de dos ó más y que prospera como el fuego ya que necesita de un elemento que sirva de combustible y otros elementos que permitan la combustión.