Comité Experimental
Qué puedo hacer yo si estoy ocupado, si estoy aquí sentado redactando esto y al otro lado de la calle cae del techo un gato y me digo para mí mismo ojalá no esté muerto, pero no es mi problema, hay niños que hoy no tendrán nada para comer y sueñan con el mañana, no alcanza mi sueldo para nada de eso, ni para salvarme yo, ni para tratar de ganar el cielo, estoy condenado a esta silla, a esta pluma, a mirar por la ventana y a pesar de ver que el mundo supone cosas actos y acciones que escapan a mi control, yo no puedo postergar nada de lo que ha de ocurrir, no mando sobre nadie. Esa manía de creer que puedo resolver algo, que deseo que las cosas sean distintas es solo eso, una actitud, pese a que todo esta en contra y en cuanto digo que toda acción es inútil, que aunque tuviéramos poderes el mundo no atiende coincidencias y que resulta que lo que debe suceder sucederá y no más. De mil amores iría a la calle para ayudar a cruzar la avenida, recoger al gato, adoptar al perro, desafiar al carnicero, al gallero, al torero, al político mentiroso, al infiel, al abusador, al agresor, todo eso me importa de verdad, pero sería insuficiente mi proceder, mejor lo escribo por si a alguien se le da la gana leer y más allá de todo hacer algo. A ver si puede.