Academia de Arte ADA
Por: Alan
Que nitido es el licor, translúcido, cristalino, puro, refinado, aromático pero tan pronto como entra en tu sistema se vuelve parte de tí que eres un ser dimínuto, fraccionado en orgános, ese licor te permite olvidar, también recordar, te alegra el momento, eso embriaga y te sientes liviano, supremo, líder, respetable, dueño de tí mismo, pero como he aprendido toda felicidad tiene su apremio su sufrimiento y cuando avanza el tiempo y el licor hace su efecto y el cuerpo se vence entonces te fulmina la sensación de estar más cerca del suelo, la conciencia te abandona y la realidad se mueve y pesa, la voluntad abandona ese espacio, las luces te molestan, la cabeza da vueltas y de un momento a otro el licor quiere salir de tí, la respiración agitada, la piel reseca, la sed y esa inconciencia manifiesta...
Eso de quererse acordar y tener serios problemas con la memoria, eso de padecer y no saber en que postura encontrar comodidad, eso de arrepentirse de algo y lamentar no haber podido evitar, eso se debería considerar para atreverse otra vez a repetir, y es que en la televisión se miraba todo tan normal y la gente esta acostumbrada a hablar bien de las fiestas pero nunca hablan de las partes malas, donde por unos tragos hay que sentir la crudeza mientras el licor se evapora del organismo. Para la próxima vez pido mejor agua con limón y me ajusto un roncito, mientras pasa el tiempo y me embriaga el sueño.