Academia de Arte ADA
Por: Heider
En defensa del fumador digo que es mejor el humo que el vómito. Que el fumador es un solitario por el fervor de que es un contaminador de su aire y de su vida, a fin de cuentas no le hace daño a nadie, ni al mundo porque el humo se disipa pronto. En cambio el ebrio, el borracho, anda por la calle agrediendo, diciéndo malas palabras, y si no manejando anda estrellándose contra todo en todas partes, y llega a su hogar y si la tiene insulta y golpea a su esposa a sus hijos y encima de todo ensucia el baño, las cobijas...
Yo no sé por qué tienen que estigmatizar al fumador si en época de mis abuelos, agitar el humo al aire era un arte, apagar ese frio en el alma, ese deseo de ser inmaterial, y ahora que quieren subirle más impuestos a los cigarrillos, al licor, al vicio, a la vida, deben tener en cuenta lo que les digo, un borracho no vale tanto, él se va a su casa y ebrio como está preña a su mujer, luego no se acuerda; y dicen luego que dizque la rumba estuvo buena porque se embriagaron todos e hicieron el espectáculo. Un fumador es callado mientras absorbe su calor, aspira con elegancia y es supremo, y si adquiere un cáncer sabe por qué, no le echa la culpa a nadie pasa su resaca más feliz mientras que el borracho naufraga en su propia miseria.